TRANSFORMANDO SOBRAS EN DELICIAS: UNA LECCIÓN DE SOSTENIBILIDAD CULINARIA (DÍA INTERNACIONAL DE CONCIENCIACIÓN SOBRE LA PÉRDIDA Y EL DESPERDICIO DE ALIMENTOS)
En conmemoración del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, celebrado el 29 de septiembre, el profesor de cocina del IES Valle de Aller, Víctor Pérez, ha implementado una innovadora iniciativa en su clase de cocina con el alumnado de segundo curso del ciclo de grado medio. Esta práctica no solo fomenta la creatividad culinaria, sino que también inculca valores fundamentales de sostenibilidad y aprovechamiento de recursos.
Reciclaje culinario: una clase con propósito
Víctor, apasionado por la cocina y la docencia, ha decidido dedicar las últimas dos horas de su clase de los jueves a una lección práctica sobre el reciclaje de alimentos.
Esta semana, el foco estuvo en los arroces de cocina nacional e internacional, un ingrediente versátil y común en muchas culturas.
Del desperdicio a la innovación
La metodología de Víctor es simple pero efectiva:
- Conservación de sobras: Se instruye a los alumnos y a las alumnas a guardar los restos de arroz de cada día.
- Explicación de técnicas: El profesor demuestra cómo transformar estos restos en nuevos platos o aperitivos.
- Práctica hands-on: Los estudiantes aplican lo aprendido, creando nuevas recetas.
Esta semana, el alumnado logró crear dos platos innovadores a partir de las sobras de arroz:
- Albóndigas de arroz: Una forma creativa de dar nueva vida a los restos de arroz.
- Berenjenas rellenas con arroz hindú: Una fusión que combina sabores internacionales con técnicas de aprovechamiento.
Impacto educativo y ambiental
Esta iniciativa no solo enseña técnicas culinarias avanzadas, sino que también:
- Fomenta la conciencia ambiental
- Desarrolla la creatividad en la cocina
- Enseña el valor del aprovechamiento de recursos
- Prepara a los futuros chefs para una cocina más sostenible
La innovadora aproximación del profesor Víctor al reciclaje de alimentos en su clase de cocina es un ejemplo de cómo la educación culinaria puede contribuir a la lucha contra el desperdicio alimentario. Al transformar sobras en nuevas creaciones gastronómicas, los estudiantes no solo aprenden valiosas habilidades culinarias, sino que también se convierten en agentes de cambio para un futuro más sostenible en la industria alimentaria.
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